Sin ni siquiera un “gracias”
Había una
vez un niño que no valoraba todo lo que hacen por él, en la vecindad lo llamaban niño malagradecido, por ejemplo, cuando su madre
cocinaba algo que se demoraba todo un día y cuando el llegaba lo veía y decía:
-No me gusta
¡Cómprame algo mejor!-
-Pero,
hijito ni siquiera lo has probado- contesto la madre
- No
necesito probarlo ¡se ve asqueroso!-respondía siempre
Su madre
llenaba los ojos de lágrimas y le compraba algo más y lamentablemente tenía que
votar la comida, o tal vez cuando su padre le compraba un regalo de navidad lo habría
sonreía y se iba a jugar con el juguete sin ni siquiera un “gracias” bueno no
solo a sus padres si no también a sus amigos cuando le regalaban algo nunca agradecía
e igual a los vecinos, cuando su vecina Doña Paula (La pastelera) le decía:
-Oye,
pequeño toma es el pastel que me sobro de la tienda-
Él lo tomaba
y se iba sin ni siquiera un “gracias”
De pronto
llego la navidad y sus padres le compraron el juguete que tanto anhelaba,
cuando lo abrió sonrió y se fue a jugar con el juguete en eso le dio algo de
sueño y tuvo un sueño en donde se le aparecía Dios y pasaba momentos en la que
no valoraba a todos:
-¿Quién eres
tú? Si estoy en el cielo ¿Estoy muerto?
-Pequeño, valora
a todos lo que hacen algo bueno por ti, tú siempre le hablas mal a las
personas-
El pequeño
reflexiono y después dios le dijo:
-No te olvides
de lo que hablamos-
En eso se despertó
llamo a sus padres y les dijo:
-Mamá, Papá…yo-
-Ya hijo
ahora que deseas-la interrumpió su madre
-No mamá, no
quiero nada pero quería decirles “gracias”, gracias por todo lo que han hecho
por mí-
Se abrazaron
y se perdonaron y desde ese momento el pequeño siempre agradeció todo.
Dedicatoria:
A mi grupo de trabajo del SAM: Percy, Matias, Franco y Renato .Por ayudarme a
crear esta historia.
FIN